Con un volumen de ciberataques nunca antes visto, potenciado por herramientas de IA y automatización, las entidades públicas siguen reforzando su postura de seguridad, mientras se apoyan en las normativas de seguridad para afrontar desafíos como la complejidad tecnológica y organizativa.
Mientras se consolidan las políticas de datos, se fortalece la ciberseguridad y se gestiona el cambio cultural que supone la transformación digital, las nuevas tecnologías se van abriendo paso en el proceso de digitalización que se inició hace cinco años.
Mientras la progresiva digitalización de las entidades públicas sigue su camino, el trabajo sobre las estructuras de datos y la mejora de sus eficiencias es constante. Las estrategias de datos son cada vez más sólidas y más amplias, apoyadas por planteamientos macro.